Se suele hablar de los Globos de Oro por comparación con los Óscar. Este año su impacto ha sido otro,  vinculado al lastre de la industria del entretenimiento por las denuncias de abuso y acoso sexual. Menciones emocionales de las actrices, actores y de casi todos los premiados en el momento de recoger su galardón. Y de repente apareció ella. Oprah Winfrey, estrella de la televisión norteamericana y actriz ocasional,  quien demostró en apenas cinco minutos por qué en su familia la llamaban “la predicadora” cuando solo tenía siete años y embelesaba con sus discursos infantiles.

Primer motivo. Por la pequeña historia que convierte la anécdota en asunto general. Cuando ya ha lanzado las primeras ideas y lleva algo más de un minuto hablando, nos cuenta una historia potente: la de  Racy Taylor. esto es lo que ahora llamamos “Storytelling” (¡una vez más como si no hubiese expresión más certera en castellano!)  Es la fuerza del relato,  del cuento real o inventado, que seduce tanto por la forma como por el fondo. Si queremos que el público recuerde grandes conceptos, recurramos a historias o anécdotas pertinentes.

Segundo motivo. Por su dominio de la prosodia. No solo estamos ante alguien que pronuncia y vocaliza como la profesional de la comunicación que es. Su estilo prosódico impagable hace referencia a los rasgos sonoros de su intervención: controla y domina la modulación, las subidas y bajadas de tono, las pausas  y el énfasis. Como cuando Ben Hur domeñaba la cuadriga en su lucha contra MesalaContenido excelente empaquetado impactante.

Tercer motivo. Control absoluto del momento y de su impacto.  Otros oradores  habrían sufrido por afrontar una intervención desusadamente extensa en estas entregas de premios en los que la concisión y la brevedad se premian del mismo modo que se lapida a quien sufre incontinencia verbal. No se descompone ni se le turba el gesto implacable.  Y habríamos entendido y aplaudido que el discurso fuese incluso más largo.

Cuarto motivo. El efecto en la sala. Las caras de los actores, actrices, productores o directores escuchando a Oprah Winfrey conforman el mapa perfecto de la indignación (por el papel subyugado de la mujer) y del entusiasmo (ante las palabras de Oprah).  Un realizador  brillante capta expresiones y gestos que suscriben el  impacto en la industria norteamericana más publicitada y conocida a nivel mundial. El discurso tiene un efecto real y otro amplificado por mor de la magia de la realización televisiva.

Quinto motivo. Por su aire “presidenciable   No se sabe exactamente lo que es, pero hay quien lo tiene. Los estadounidenses ya hablan de ella como posible candidata. No es política ni se la esperaba en esos pagos… hasta el pasado 7 de enero. Ahora es posible candidata a la presidencia de los Estados Unidos en un futuro no muy lejano. Carisma, discurso, presencia, personalidad, relato propio… Oprah Winfrey es presidenciable.

Por si no lo recuerdan o no lo tienen a mano, aquí les dejo una versión original subtitulada al castellano que la Web del diario El País, colgó en su edición online al poco del evento.