Siempre que me preguntan en los cursos de formación de portavoces que imparto o en mis sesiones de Hablar para conVencer  sobre la oratoria de nuestros políticos contesto lo mismo. En general eran mucho mejores los autodidactas de la transición que los “muy entrenados” políticos actuales. Y siempre aclaro que uno de los mejores oradores del patio político es, para mí, el Vicepresidente primero, ministro del Interior y portavoz del Gobierno Alfredo Pérez Rubalcaba.  Doble decepción por tanto al ver y oír el lunes su comparecencia ante los medios de comunicación para hablar del último comunicado y vídeocomunicado de ETA.

¿Por qué alguien que habla siempre o casi siempre muy bien se planta ante la opinión pública y la opinión encargada de publicar, sin admitir pregunta alguna? Hecho por otro dirigente, de PSOE o PP, que igual da que da lo mismo, habría sido una manifestación más de “El fin justifica los miedos   Lo que más me gusta es que ahora, cuando se busca en Internet la comparecencia de Rubalcaba la identiifican como “rueda de prensa”  Curioso nombre para algo en lo que la prensa tuvo el mismo papel que un notario: tomar nota y dar fe.

Apenas dura un minuto y medio. Rubalcaba emplea primero el estilo indirecto como entrevistador y entrevistado. Empieza  respondiendo a hipotéticas preguntas que tiene en su cabeza:

–  ¿Es el comunicado que esperaban…?

– ¿Qué se desprende de su lectura…?

Pero alcanza sus momentos más sublimes en el último medio minuto cuando el ministro portavoz se mete de lleno en el estilo directo y se pregunta hasta tres veces en voz alta, y tres veces se auto-responde:

Si me preguntan si estoy más tranquilo que ayer…

– Si me preguntan si esto es el final…

– Si me preguntan si esto es lo que quiere la sociedad española…

Muy bonito, muy conciso, muy en corto y al pie… salvo que no hay pregunta alguna de los medios de comunicación que hacían en la sala el tadeo. Por lo menos tenían respuestas (y preguntas, claro) muy útiles para convertirse en cortes de radio o totales de televisión.

Eso sí. Rubalcaba sigue modulando la voz con maestría, empleando el énfasis para destacar los aspetos más relevantes y llamar la atención del oyente o gesticulando de una forma muy natural. Y con la mirada dominando la escena sin eludir los ojos ajenos (que de las preguntas no había que preocuparse) Para una vez que un gobierno tiene un portavoz a la altura de la exigencia de una buena portavocía, nos lo recortan y se queda en mero locutor.

Tal vez debería buscar alguna pausa o suterfugio que le permita evitar ese uso reiterado de la muletilla “evidentementeEvidente sólo es aquello que resulta cierto, claro, patente y sin la menor duda. Evidentemente… lo usamos muy mal muy a menudo.

La preguntas eran buenas. Podemos decir que todas eran pertinentes, pero se quedaron muchas cuestiones sin plantearse en las grabadoras, cuadernos, micrófonos y cámaras de los medios de comunicación. ¿Hará una nueva y brillante parodia José Mota en su siguiente programa de TVE? Sería divertido.

Esperando que no cunda del ejemplo de la autoentrevista política (cualquier imitación siempre es peor que el original) sólo nos queda respecto a ETA poder decir ahora algo parecido a lo que dijo Winston Churchill a los ciudadanos británicos cuando acabó la batalla de Inglaterra en la segunda guerra mundial: “Esto no es el final. Tampoco es el principio del fin. Con un poco de suerte habrá sido el final del principio…”